Fue gracias a su madre que esta líder sevillana conoció la bicicleta. Sin duda, un ejemplo para ella de la que recibió los valores del deporte.
La bici siempre ha estado en mi vida. Recuerdo bicis en mi casa toda la vida, por suerte nací y crecí en una casa de campo rodeada de mucha familia vinculada al mundo del deporte. Pero mi ejemplo a seguir siempre será mi madre, mujer deportista que practicaba varias disciplinas, muy raro en un ama de casa de los años 70 y 80. Lo mismo jugando al tenis que nadando o haciendo gimnasia en su habitación, pero con lo que más disfrutaba era montando en bici.
Mi primera bici propia me la trajeron los Reyes Magos, tendría como unos cinco o seis años; era una GAC roja y blanca. Los días de verano y los buenos del resto del año junto a mis hermanas y mis primos hacíamos excursiones por los campos aledaños a mi pueblo (ahora lo llamamos rutas) con un bocata y una cantimplora (ahora barritas energéticas y bidones con sales). Se me quedó pequeña la bici y la dejé aparcada… me dedique a otros deportes como baloncesto, vóley, tenis…
La siguiente bici me la regaló mi pareja ya a los 28 años, una BH sin ningún tipo de suspensión. Volvió a entrarme el gusanillo y salíamos todos los fines de semana, pero de nuevo la dejé aparcada, aunque la cogía esporádicamente para dar paseos con mi hijo. En esta época me dedicaba más al yoga, al pádel, a la natación o al spinning…
No fue hasta la pandemia, que me sentía enjaulada, y necesitaba de nuevo la terapia de los caminos, que contacté con un grupo de mujeres que salían en bici en mi pueblo. Al principio éramos sobre unas 12 o 15 mujeres, sin equipación específica ni bicis de nivel, sin experiencia ninguna… pero con muchas ganas. Se formó el Grupo Ciclista Femenino impulsado por Loly Campillo y con aspiraciones a convertirse en club, pero no pudo ser. Sin embargo surgieron dos clubes, al primero que pertenecí y pertenezco es el C.D. Ladies in Bike presidido por Inma Martin. Fue en este club donde oí hablar del proyecto Women in bike al cual pertenecen varias de las ladies y dejé pasar varios meses antes de formar parte también de él. En este caso, lo que más valoro de este proyecto es iniciar e inculcar la pasión por la bici a mujeres que antes no la habían cogido y ayudarlas en todo lo posible a ir mejorando día a día.
El otro club al que me uní es el C.D. Alcores, presidido por Ruth Peña, este es un club mixto y enfocado también a otras disciplinas deportivas además del ciclismo.
Actualmente con 50 años no concibo mi vida sin mí “Rubí de los caminos”, una Trek Procaliber; las salidas, los preparativos y sobre todo las confidencias con las compañeras, ya muchas consideradas amigas como Pilar, Mari Carmen, Ana, Virginia, Charisex, Espe, Mari, Conce… y tantas. Estoy deseando que llegue el fin de semana para desconectar de lo cotidiano y convertir esas salidas en terapias donde lo que prima además del deporte es la risa y la diversión. Me conformo con las cosas más pequeñitas que me hagan sentirme feliz y de momento la bici lo está consiguiendo.
Pilar León
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