Toñi Fernández y su motivadora historia ciclista

La andaluza nos cuenta su historia con el deporte y con la bici, desde su primer triciclo rojo de hierro hasta su labor como líder del proyecto Women In Bike.

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Mi primera bici fue un triciclo. Uno rojo de hierro, ¡vaya si pesaba!; no hace muchos años que nos deshicimos de él. Pronto pedí más; empecé con una de esas de dos ruedas pequeñas a cada lado detrás y le pedí a mi padre que me las quitara porque me estorbaban para ir más rápida. Recuerdo las primeras veces que me subía sin las ruedecillas y a mi padre corriendo detrás sujetándome el sillín diciéndome: “¡déjate ir!”. Era de esas bicis que se frenaba parando el pedal. Empecé a ver unas bicis que seguían moviéndose sin pedalear, ¿por qué ocurría eso? Además, yo crecía y la bici no. Por sorpresa, en Reyes recibí una BH azul con pedales de esos que se paran y sigue moviéndose la bici, además traían un juego de llaves fijas y una cosa que cuando la movías echaba aire ¿y eso para qué es? Pronto descubrí que las ruedas se pinchan y había que sacar la rueda para arreglar el pinchazo o cambiar la cámara. Allá que fui al lado de casa que hay un taller de mecánica de vehículos y tengo a mi tete José María y mi tete Ángel que me explicaron. ¡Mi primera ‘masterclass’ de mecánica!

Seguí creciendo y entonces aparece la TorroT con su canastito y su trasportín; ya no tenía excusas para hacer los recados (por aquí le llamamos “mandaos”). Por supuesto esa bici no tenía la movilidad de mi pequeña BH, ¡pero no veas cómo avanza en cada pedalada! Pero soy una niña y esa son las bicis que llevan las niñas.

Ya soy adulta y curiosa: dejo el pueblo, Almonte, y me voy a Sevilla a estudiar Ciencias Físicas. Quiero averiguar más de por qué se mueven las cosas y cómo convertir esos movimientos en fórmulas y predecirlos, pero me falta algo, ¡la bici! Consigo traerme mi TorroT. Se acabaron las esperas o las carreras por el bus, esos apretujones para entrar o salir. Era la época pre´92 y todavía no habíamos aprendido a hacer colas. Pronto descubrí que Sevilla no es tan grande. El bus daba muchas vueltas para unir el mayor número de barrios.

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Viví esa época, como decía el titular de prensa de “los carriles bici que salen de ningún sitio y van a ninguna parte”, y la felicidad de las amas de casa, mamás y abuelas porque por fin podían llevar los carritos y moverse sin subir y bajar escalones, ¡como aprendimos a zizagear y manejar la máquina!. La época de la banderita en la bici de “carril bici ya”, de ver llegar a algunos de tus profes del departamento de electromagnetismo con su calcetín blanco con las rayas azul y roja sobre el pantalón. Allí teníamos a uno de los líderes más carismáticos de este movimiento, ¿será por eso por lo que me fui a la rama de electrónica? Esa es otra historia.

Abren un nuevo supermercado y uno de los productos reclamo es una BTT de ¡5000 pesetas! Allá que voy por ella: ¡qué maquinón, tiene varios platos y un montón de piñones!, ¡qué sensación de libertad por los caminos!, ¡qué bien se suben los bordillos!

Siempre he hecho deporte. En edades inferiores, balonmano, y después atletismo. La bici ha sido mi medio de transporte, a esto que me entero de la existencia de un deporte llamado triatlón, pero vamos a empezar con el duatlón, que no soy muy afín al agua. Busco el puntito de calidad y me apunto con Oli, Luis y Joaquín a una cicloturista en Constantina y alucino; hago mis primeros duatlones con CASP. Los clubes empiezan a buscar chicas para completar los equipos de triatlón, entro en ADS y de mejan una bici de carretera, ¡uff como van estos velocípedos!, vamos pues a apuntarme a una carrera de bici. Me llega un folleto para la fiesta de las fiestas de Triana: “Clásica-Velá Santa Ana, la vuelta del Aljarafe”, allá que voy a la cabina de teléfono para inscribirme. Todavía no había llegado internet ni los móviles, ¡sorpresa!, “las mujeres no corren”, es lo que me repite una y otra vez mi interlocutor, nunca más me he inscrito a una prueba ciclista.

Pues ahí que sigo, con mis carreras, mis duatlones y algún triatlón, pero mi último entrenador, Miguel Esteban, me propone que sea yo quien lleve los entrenos en C.A. San Pablo. No me gusta a mí eso de enseñar, sobre todo porque hay quien no quiere aprender, pero me gustan las cosas nuevas: curso de entrenadora, lo hago de triatlón porque era la convocatoria que había abierta. Se precipita la ida de Miguel a Canarias y empiezo mi faceta de entrenadora a mitad de temporada gracias a los ánimos de Iván que me transmite quien lleva en vena lo de ser maestro. Las cosas van bien y además crece el número de mujeres en el club, y pasamos de una única de mujer en los entrenos, ¡yo! y alguna que otra de vez en cuando, a pasar a ser mayor el número de mujeres en alguna sesión. Empiezo a incluir entrenos de bici; son las mujeres las que más vienen y ver la ilusión de Ana, Carla y Fernandi me llena de satisfacción. Varios años después llegan tiempos convulsos en el club y prefiero cambiar de aires, sin dejar de ser socia y me voy a echar un cable a NosotrasSi como entrenadora; bonito proyecto inicial para promocionar el deporte en la mujer, donde también realizamos salidas en bici con ¡barro incluido! y donde conozco a mi pareja. De nuevo me siento atada en un momento de expansión y ambas decidimos salir del club.

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Juntas fundamos C. D Woman Running Evolution, cuyo objetivo es iniciar a la mujer en la carrera, la base de cualquier deporte. Ambas coincidimos en las mismas ideas.

Pues como Paqui siempre está atenta a todo, ve esto de “women in bike “y va y me dice pues tienes un curso de una iniciativa que ha sacado la Federación de Ciclismo, ¡Ah, vale! Pues me informo y hago el curso. Ya soy líder Women in Bike Movistar, y llevamos organizadas 27 quedadas, la mayoría de iniciación incluyendo una masterclass de toda una Campeona de España de XCO, Belén Báñez.

Y aquí seguimos recorriendo el Aljarafe sevillano pedaleando y divirtiéndonos por esos caminos y en algunos casos volviendo hacer recordar la niñez a muchas mujeres que ya lo habían olvidado. Además, están comprobando que el ciclismo no tiene ni edad, ni barreras. Los límites los ponemos nosotras.

Este programa de Women in bike además de darnos una magnifica herramienta de inscripción e información de las quedadas nos proporciona un seguro de responsabilidad civil para las salidas y estar en contacto con todas las líderes del país compartiendo nuestras experiencias en cada salida.

Autora: Toñi Fernández

 

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